Había una vez un coyote que vivía muy feliz en el cerro del bernal, pero este coyote quería conocer el mundo así que decidió viajar a la capital. Y llego a Tampico... Se estableció junto con su novia en el parque metropolitano y vivieron muy felices comiendo codornices hasta que... talaron el parque. Entonces la novia decepcionada lo dejo por un pastor alemán, quien armado de gallardía urbana prometió a la pobre chica una vida de aventuras cosmopolitas. Así el pobre coyotito se quedo solo, deambulando entre el metro y el centro de convenciones, alimentándose junto con los cocodrilos de la basura de los paseantes y meditando en las noches de luna llena sobre los que se empeñan en hacer carrera artística cuando no tienen talento.
¡Fábula fabulosa! jeje
ResponderEliminar: ) Que amable!
ResponderEliminar