PINK AXOLOTL

¿Que describa mi blog? Bueno, opino sobre lo que me venga en gana, aunque advierto, suelo cambiar de opinión, así que no me hagan mucho caso.

15/3/15

Piedra

Tener a quien proteger, te obliga a ser más fuerte. Piedra era todo una doberman cuando de avisar sobre extraños se trataba. Nunca tuvo que defenderme de nadie, pero estoy segura que lo habría hecho sin dudar. Y a mi, se me quitaba cualquier miedo cuando estaba con ella. Me sentía poderosa, porque tenía que cuidar a mi perrita, la que me cuidaba a mi y velaba mi sueño. El lunes, 2 de junio, como diez minutos antes de que yo llegará a comer, Piedra se cayo de las escaleras. No sabemos como, pero de la forma que haya sido seguro fue un accidente pues todos la queriamos mucho. En la caida al parecer se estrello contra el barandal de la escalera y se rompió la espalda o el cuello. No sufrió más que quizá por el susto de caer, no lloró ni gritó. La señora del aseo se dió cuenta porque oyó el golpe de su cuerpecito al estrellarse contra el piso. Aguanto viva unos minutos, -aunque creo yo que inconsciente- hasta que llegué. Creo, se quería despedir de mi, o que yo pudiera despedirme de ella. En cuanto me acerqué, expiró. Tenía diez años y estaba llena de vida. Todo el día brincaba y quería de comer, le pedía a todo mundo y todos le invitaban de su comida: la señora del aseo, los carpinteros, el mozo, los albañiles, los eléctricos, el plomero y por supuesto, yo. Si estaba yo en casa, caminaba al lado mío por todos lados donde yo anduviera. Su paseo dominical consistía en acompañarme a mover los coches del garage, le encantaba subirse por un par de minutos a la parrilla trasera del auto a ladrarle desde ahí a los vecinos. Le daba mucho miedo la calle. La única vez que se salió de mi casa  -por descuido mio-, lloró en el portón hasta que le abrimos la puerta. Cuando regresé de mis vacaciones, pensé que estaría enojada por el abandono (tres semanas) pero no fue así, me hizo toda la fiesta del mundo, era la perrita más feliz. Le tenía muchos celos a Camila, pero cuando murió, se deprimió y la extraño por un largo tiempo. A ratos pienso que si yo no hubiera llegado tarde a mi casa, sino me hubiera tardado en el banco o en la tienda, Piedra seguiría viva, pues habría bajado las escaleras antes, para recibirme.
Un año y seis meses despúes de Camila, se murió Piedra.  Antes de tiempo, aunque mi mamá dice que todos tenemos nuestro tiempo exacto para morir.

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