sobre la inspiración ( la mia )

No se si me pueda concentrar lo suficiente oyendo a Caillou o no se como se llamé esta caricatura que esta oyendo mi sobrina como a 7845 decibeles... y luego sin luz, porque no encuentro donde se prende... en fin. Desde temprano en la mañana quería escribir, y cuando me disponía a hacerlo, me tuve que poner a trabajar, y... creo que la inspiración se me fue. En la mañana como hasta antes de las 2.pm tuve un ataque de genialidad, estaba taaaannnnn emocionada y quería escribir tanto, porque bueno, se me ocurrieron ideas verdaderamente brillantes, pero... bueno, no pude hacerlo en ese momento y ahora no queda huella de mi genialidad. Mal muy mal, te sentirás muy mal... el otro día Adriana preguntaba en nuestro programa de radio si tenemos algún lugar o método que nos sirva de inspiración. Porque por si no lo saben tengo un maravilloso programa de radio por internet: La Antesala de la Sala, los martes mas o menos a las 9.00 am, bueno mas bien después de las 9.00 a veces empezamos a las 9.15 o por ahí, aunque nunca antes. En fin, volviendo a lo de la inspiración, la pregunta en ese momento me pareció demasiado clichetera. Osea como si por llegar a un X bar o café fuera a escribir o a pintar maravillas... vaya eso me sonó en ese momento como uno de estos mitos; que si los "artistas" se visten así, que si fuman o se meten X, que si y. Yo, ni me acuerdo que contesté, pero recuerdo que intenté ser sarcástica porque me parecía la pregunta lanzada para responder con algo estilo "instrucciones para convertirse en un buen artista" Pero el día de hoy me di cuenta de algo que ya sabía pero que ese día olvide y es que efectivamente tengo mis lugares musos es decir mis espacios y momentos de inspiración espontánea, fortuita, extraordinaria y genial. Son tres, el primero y más azaroso ya que definitivamente no lo puedo controlar es el insomnio. Resulta que esporádicamente me da este insomnio que es de total ausencia de sueño, pero como la parte de mi cerebro que me dicta las cosas que DEBO HACER, no se desconecta, entonces no hago absolutamente nada, es decir, permanezco acostada en mi cama sin el mas mínimo sueño pero esperando a que este mágicamente aparezca, y sin realizar ninguna actividad como leer o ver la tv. Después de tal vez un par de horas sin hacer NADA y consciente de que NO me voy a dormir, mi cabeza empieza a alucinar. Algunas de las ideas de mis cuadros han surgido en estos periodos y tengo la sensación de que en esos momentos he tenido ideas que después he olvidado, porque, por supuesto, bajo ningún concepto me levanto y tomo una libreta para apuntar nada, así que muchas cosas se han perdido en este disco duro mio que no tiene muy buena memoria. Las otras fuentes de inspiración que tengo son la regadera y manejar. lugar y circunstancia. En la regadera soy una genio, me convierto en una creadora incontenible, llena de ideas extraordinarias e innovadoras, desgraciadamente para el mundo... soy como Pablo Marmol en el capítulo en el que canta en la tina, dentro de la tina es un gran cantante pero... si canta fuera de ella... su voz es horrorosa... Así que, tendrán que confiar en mi palabra, soy una geniecilla, pero mientras no exista una computadora acuática que pueda meter a la regadera... no podrán constatarlo. Y bueno, algunas de mis grandes ideas han sido creadas en el trayecto de mi casa al trabajo, mientras conduzco establezco largas conversaciones conmigo misma, llenas de conocimiento y sabiduría, y entonces planeo mis obras plásticas y literarias: que quiero decir, que forma le voy a dar, que necesito hacer, etc. El gran problema esta en que llego a mi trabajo, y aunque usted no lo crea, sobre mi oficina pende una terrible maldición. Mi oficina es como la rueca de la princesa Aurora, (que feo nombre para mi princesa favorita, aunque confieso que cuando estaba chica me quería llamar así) y en cuanto pongo un pie adentro, se me borra el cerebro, mis neuronas entran en modo hibernar y olvido todo lo que había planeado. Bueno me queda una especie como de velo, una imagen velada, la sensación de que tenía algo importante que hacer y que tenía que ver con ciertas cosas que percibo difusamente. Es parte de la maldición, supongo. El mundo ha perdido un genio.